Por Daniel Peña
La buena estructuración jurídica de los proyectos tecnológicos de cualquier índole es base de su éxito. Una buena planeación comienza en la fase precontractual: términos y condiciones, invitación privada, especificaciones técnicas adecuadas y criterios idóneos de selección. En el contrato es necesario tener claros los hitos o fases y los compromisos de las partes así como las multas o apremios.
Finalmente los mecanismos de terminación unilateral o anticipada y de resolución de conflictos: mediación, arbitraje técnico, nacional o internacional.
Trabajar en conjunto asesores legales y técnicos para dotar al proyecto de sus adecuadas estructuras de gobierno.